Igual que cada maestrillo tiene su librillo, cada sabio puede tener su visión sobre la sabiduría…
Sólo sé que no sé nada; y esto cabalmente me distingue de los demás filósofos, que creen saberlo todo.
Solo sé que no sé nada y esa nada ni siquiera sé que no la sé.
En primer lugar acabemos con Sócrates, porque ya estoy harto de este invento de que no saber nada es un signo de sabiduría.
¿Nadie ha contradecido a Asimov aún?
Yo lo hare, Geko.