Emprendedor, empresario, autónomo, o lo que sea. Esta semana acabaré por dar otro cambio a mi vida y carrera laboral, algo que llevo ya un tiempo pensando y más tiempo queriendo. Dejaré el trabajo a jornada completa para dedicarme a trabajar por cuenta propia… vamos, que dejo el trabajo para intentar montármelo por mi cuenta.
Tras unos cuantos meses compaginando el trabajo a jornada completa con los proyectos propios a tiempo parcial, me he animado a dar el salto e intentar vivir de ello. Montar una empresa sin una inversión de dinero que la sufrague implica hacer una inversión en tiempo y trabajo importante, para poder sostenerlo, pero no es imposible.
Han sido varios meses de muchas horas de trabajo: tras las 8-9h de trabajo en la oficina, salir y volver a ponerse a currar unas cuantas horas. Aprovechar todos los días libres para avanzar trabajo, madrugar los fines de semana para aprovechar y sacar el máximo trabajo posible… Lo primero que comenta la gente que me pregunta cómo lo hacía es que eso es una paliza, que hay que estar loco… pero creo que simplemente es cuestión de prioridades. Sobre cómo montar tu propia empresa, o tu vida, no hay nada universal, y lo que a una persona le vale a otra no. Sabiendo qué es lo que quieres hacer, cuál es tu objetivo, se hace más llevadero sacrificarse cada día, aunque no apetezca.
Por el camino ha tocado renunciar a algunas cosas, como tiempo de ocio o de descanso, pero creo que ha merecido la pena el esfuerzo. Cuando parece que no tienes tiempo para hacer algo, normalmente es una simple cuestión de prioridades. Decido lo que quieres hace, y lo hago, luego ya arreglo las horas del día para que todo encaje… Pero también me lo he pasado bien por esta temporada. Vender tú mismo tu trabajo, sin la facilidad de que sea la empresa la que te busca y da trabajo para hacer, ha hecho que me toque aprender unas cuantas cosas, y plantearse otras que antes pasaban desapercibidas. Todo ello creo que ha sido bastante más fácil contando con un socio, con un compañero en la aventura. Sobre todo porque hacerlo en conjunto sirve para tener un contrapunto… apoyo en los momentos más apurados, para echar el freno en la euforia,… vamos, repartir trabajo y la carga en general.
Tras casi cuatro años de experiencia, técnicamente siento que puedo aportar valor en distintos tipos de proyecto. He participado en muchos, de varios tipos y de distintos tipos de clientes, pero aún así había partes de un proyecto informático que me eran opacas, en las que no podía llegar a participar. Montar tu propia empresa te permite participar en todas las tareas, y hacerlo como tú quieras. Son tus reglas. Cómo hablar con un cliente o potencial cliente según su perfil e intentar averiguar qué es lo que le interesa que le cuentes, cómo conseguir satisfacer las necesidades que observas o que te plantean, cómo conseguir cobrar los trabajos realizados… y todo sin dejar de lado la parte que en realidad más me gusta, que es la técnica. Pero ahora no es sólo construir cosas, sino participar en todo el proceso, desde el presupuesto hasta el desarrollo, pasando por la extracción de los requisitos para averiguar lo que hace falta hacer.
Evidentemente, las circunstancias actuales no son las mejores para montar nada. Tampoco es el momento más fácil en el que dejar un contrato indefinido y un sueldo que cubría mis necesidades… pero siento que es lo que quiero hacer ahora, y lo voy a intentar. Para hacerlo he renunciado a algunas oportunidades laborales muy interesantes, con proyectos que en cualquier otro momento me hubiesen hecho decir que sí al instante, pero no quiero quedarme con la espinita de no haber intentado montar mi propia empresa. Tengo la sensación de que esas oportunidades podré volver a encontrarlas más adelante si lo necesito… y de momento me apetece ver a dónde me lleva esto. Salga bien o mal, lo que he aprendido por el camino no me lo quita nadie! :-)
PD: ahora los que siempre hayáis querido contratarme podréis hacer realidad vuestros deseos! :D