Me meto a emprendedor

Lanzándome al vacío...

Emprendedor, empresario, autónomo, o lo que sea. Esta semana acabaré por dar otro cambio a mi vida y carrera laboral, algo que llevo ya un tiempo pensando y más tiempo queriendo. Dejaré el trabajo a jornada completa para dedicarme a trabajar por cuenta propia… vamos, que dejo el trabajo para intentar montármelo por mi cuenta.

Tras unos cuantos meses compaginando el trabajo a jornada completa con los proyectos propios a tiempo parcial, me he animado a dar el salto e intentar vivir de ello. Montar una empresa sin una inversión de dinero que la sufrague implica hacer una inversión en tiempo y trabajo importante, para poder sostenerlo, pero no es imposible.

Han sido varios meses de muchas horas de trabajo: tras las 8-9h de trabajo en la oficina, salir y volver a ponerse a currar unas cuantas horas. Aprovechar todos los días libres para avanzar trabajo, madrugar los fines de semana para aprovechar y sacar el máximo trabajo posible… Lo primero que comenta la gente que me pregunta cómo lo hacía es que eso es una paliza, que hay que estar loco… pero creo que simplemente es cuestión de prioridades. Sobre cómo montar tu propia empresa, o tu vida, no hay nada universal, y lo que a una persona le vale a otra no. Sabiendo qué es lo que quieres hacer, cuál es tu objetivo, se hace más llevadero sacrificarse cada día, aunque no apetezca.

Por el camino ha tocado renunciar a algunas cosas, como tiempo de ocio o de descanso, pero creo que ha merecido la pena el esfuerzo. Cuando parece que no tienes tiempo para hacer algo, normalmente es una simple cuestión de prioridades. Decido lo que quieres hace, y lo hago, luego ya arreglo las horas del día para que todo encaje… Pero también me lo he pasado bien por esta temporada. Vender tú mismo tu trabajo, sin la facilidad de que sea la empresa la que te busca y da trabajo para hacer, ha hecho que me toque aprender unas cuantas cosas, y plantearse otras que antes pasaban desapercibidas. Todo ello creo que ha sido bastante más fácil contando con un socio, con un compañero en la aventura. Sobre todo porque hacerlo en conjunto sirve para tener un contrapunto… apoyo en los momentos más apurados, para echar el freno en la euforia,… vamos, repartir trabajo y la carga en general.

Tras casi cuatro años de experiencia, técnicamente siento que puedo aportar valor en distintos tipos de proyecto. He participado en muchos, de varios tipos y de distintos tipos de clientes, pero aún así había partes de un proyecto informático que me eran opacas, en las que no podía llegar a participar. Montar tu propia empresa te permite participar en todas las tareas, y hacerlo como tú quieras. Son tus reglas. Cómo hablar con un cliente o potencial cliente según su perfil e intentar averiguar qué es lo que le interesa que le cuentes, cómo conseguir satisfacer las necesidades que observas o que te plantean, cómo conseguir cobrar los trabajos realizados… y todo sin dejar de lado la parte que en realidad más me gusta, que es la técnica. Pero ahora no es sólo construir cosas, sino participar en todo el proceso, desde el presupuesto hasta el desarrollo, pasando por la extracción de los requisitos para averiguar lo que hace falta hacer.

Evidentemente, las circunstancias actuales no son las mejores para montar nada. Tampoco es el momento más fácil en el que dejar un contrato indefinido y un sueldo que cubría mis necesidades… pero siento que es lo que quiero hacer ahora, y lo voy a intentar. Para hacerlo he renunciado a algunas oportunidades laborales muy interesantes, con proyectos que en cualquier otro momento me hubiesen hecho decir que sí al instante, pero no quiero quedarme con la espinita de no haber intentado montar mi propia empresa. Tengo la sensación de que esas oportunidades podré volver a encontrarlas más adelante si lo necesito… y de momento me apetece ver a dónde me lleva esto. Salga bien o mal, lo que he aprendido por el camino no me lo quita nadie! :-)

PD: ahora los que siempre hayáis querido contratarme podréis hacer realidad vuestros deseos! :D

Mi visión del mercado laboral

Mercado
¿Has pensado alguna vez cómo te vendes? ¡Destaca!

Tras más de tres años en la misma empresa, he decidido dar un cambio a mi vida laboral y probar suerte en otro lado. No porque haya empezado a irme mal o esté especialmente incómodo, sino porque siento que necesito estar en más sitios para tener una visión completa del mercado laboral, ver como se trabaja en otras empresas y cómo me adapto a otros compañeros. Plantearme nuevos retos fuera de la comodidad y rutina que había labrado.

Cuando empecé, mi idea era haber estado un tiempo corto (alrededor de un año y pico) y rotar, para hacer lo que hago ahora: «ver más mundo». Pero siguiendo en el mismo sitio tuve un poco lo que buscaba: trabajar con distintos equipos, no quedarme con una sola tecnología (ya que estoy comenzando y necesito saber qué es lo que me gusta a base de probarlo), participar en varios proyectos diferentes con distintos roles, no rechazar ningún reto y sentirme bien valorado acorde a las posiciones que podría haber obtenido en otras empresas.

Durante estos tres años no me oculté de potenciales empleadores por tener ya un puesto. Tal y como veo yo el mundo del trabajo, está descrito por la propia la expresión, un «mercado laboral», además, con la aparición de las redes sociales todos estos temas se están transformado rapidamente, como en el caso de Cetelem que busca empleados desde Twitter. Y como tal, se rige por la oferta y la demanda: gente que busca algo y otros que tienen algo que ofrecen . Es lógico que la gente quiera optar a puestos superiores, pero eso mismo quieren otros que pueden aportar méritos iguales o superiores. Con lo cual, para poder dar un «valor añadido» hay que ofrecer algo diferente, algo que te haga un candidato más interesante para un puesto que otra persona. La clave está en buscar en qué se quiere (y puede) destacar, qué te puede hacer diferente: ser más ágil aprendiendo, más flexible en cuanto a las condiciones en las que tienes que trabajar en un proyecto (no me refiero a trabajar más horas gratis, sino a adaptarse a las necesidades del cliente final), tener más conocimientos sobre una tecnología concreta, experiencia en proyectos personales…

Tal y como lo veo, una manera inequívoca de comprobar si estás orientando bien tu perfil, si tu «marca personal» es atractiva para quien tenga poder de decisión para contratarte, es ponerte a prueba y optar a puestos de trabajo, o escuchar las ofertas que te lleguen. Si estás bien valorado en la empresa en la que estás (en cuanto a condiciones laborales, presión en el trabajo, sueldo, etc.) probablemente no consigan hacer una oferta que te atraiga en todos esos aspectos, pero si te han ofrecido el puesto es que estás construyendo una buena imagen tuya como profesional. O que engañas muy bien a la gente en las entrevistas de trabajo, pero en mi opinión eso es pan para hoy y hambre para mañana, mentir para conseguir un puesto no beneficia a nadie (la empresa va a tener menos de lo que buscaba y tú no vas a dar la talla tarde o temprano).

Durante estos tres años he tenido una visión de la informática como profesión, más allá del punto de vista que tenía de ella como afición. Evidentemente, hay muchas cosas que no me apasionan, pero no creo que haya un trabajo que te guste el 100% del tiempo – y el mío me gusta la mayoría del tiempo. Si alguien me preguntase qué debería de hacer para trabajar en informática y no acabar «cobrando una mierda» (que al final es lo que hace que trabajes para otro, lo que te paguen), le daría el consejo de labrarse una buena imagen como profesional. Para ello creo que es fundamental que te guste la informática. A partir de ahí, lo que te pida el cuerpo… colaborar con proyectos de código abierto, escribir en weblogs sobre una temática que te interese, crea tus propios proyectos personales… lo que sea, pero no estarse quieto. Tener visibilidad, que si alguien busca sobre ti encuentre cosas que has hecho, cosas que hablen bien de ti. El resto llegará, porque ese trabajo extra no exclusivamente laboral será tu «plus» en cualquier carta de presentación, tu valor añadido.

Lo que es imposible es no tener interés por reciclarse constantemente, quedarse estancado con lo que se sabe en determinado momento, y luego pretender que vengan de todas partes a llamarte para ofrecerte puestos de trabajos muy bien remunerados. No funciona así. Para obtener algo es necesario darlo primero, un esfuerzo en uno mismo, para luego recoger los frutos…

Y luego está la opción de montárselo uno mismo. Si no te contenta lo que nadie te ofrece para trabajar para ellos, inténtalo por ti mismo. Si crees que no se te valora suficientemente o que nadie te ofrece lo que deberías recibir, coge los bártulos y ofrece directamente tus servicios sin esperar a que te contrate una empresa. Pero, ¡ay amigo!, seguro que es mucho más cómodo quedarse donde estás y no moverte por ti mismo… y a veces hay que elegir entre comodidad o realización personal. Y por ello me he embarcado también en proyectos personales que «me llenen» más allá del trabajo que me toque hacer. Y si alguien siempre había tenido el deseo de tener código escrito por mi en su poder, ahora puede hacerlo pagando y pidiendo lo que quiera, que si interesa a ambas partes lo tendrá :-)… y en otro capítulo tocará hablar del «emprendimiento», o de cómo «montárselo por uno mismo» (o, al menos, intentarlo, que no es poco).

PD: aunque está implícito, mi visión del mercado laboral se limita a mi ámbito, la informática. Soy consciente de que la mayoría de lo que digo sólo se aplica a mercados con cierta demanda… y en otras profesiones es mucho más complicado destacar frente a otros «competidores».

Memorias de un cerebrito

Un primer plano del cerebrito

Una de mis últimos entretenimientos ha sido ponerme a explorar el desarrollo de aplicaciones para móviles. Así, junto un compañero me he puesto a probar el SDK de Apple para iPhone, iPad, iPods y demás iCosas, además de cacharrear también con Android, y coquetear con el SDK de Blackberry (que a mi me interesa menos, pero a mi compañero le tira…).

Como consecuencia de este cacharreo decidimos desarrollar alguna cosilla útil, y probar el proceso de publicación en la App Store de iTunes (vamos, en la tienda de aplicaciones para iPhone). Cuando empezamos tuvimos la idea de hacer un cliente de Android de MeteoGalicia, la web pública gallega que ofrece datos meteorológicos adaptados a varios puntos de Galicia… pero por el camino de la experimentación se nos adelantaron, y sacaron OTempo, que además funciona bastante bien.

Una vez adelantados en Android, el paso fue probar el SDK de iPhone para sacar un cliente nativo de MeteoGalicia. En alrededor de un mes, mucha prueba y error, lectura de tutoriales y mucha documentación conseguimos sacar GaliTempo. La historia podría haber quedado ahí, pero a la prensa le llamó la atención la historia de dos desarrolladores independientes haciendo una aplicación gratuita de MeteoGalicia, y nos hicieron un pequeño reportaje en un periódico local, El Correo Gallego.

Como es habitual en la prensa «tradicional», el conocimiento de la tecnología que demostraban no era muy alto, pero agradecimos bastante que nos hiciesen algo de caso, a pesar de que nosotros no le dimos mayor importancia al desarrollo (aparte de los comentarios en twitter, que iban comentando que la aplicación les resultaba bastante útil para el día a día). Donde la noticia se volvió especialmente creativa fue en el titular, que dio para unas cuantas coñas en la oficina, de amigos, etc… «Apple acepta una aplicación hecha por dos ‘cerebritos’ compostelano».

Peeeero, la prensa tiene un efecto «cascada», y una vez que sales en un sitio se te abren las puertas de otros medios, y a partir de ahí tuvimos entrevistas en la Radio Galega (un par de veces, la segunda en Banda Ancha, que tiene podcast donde podéis oirme junto a Rubén, desarrollador de OTempo), Cadena Ser, Radio Obradoiro y V Televisión, saliendo también en Código Cero, algún blog, twitter… y el reconocimiento de amigos, que hasta salir en prensa no tenían ni idea de a qué me dedicaba (entre otras cosas).

Con lo cual, lo que en principio partió como un entretenimiento y ganas de probar tecnologías nuevas (para nosotros) ha acabado con una ración de prensa y atención de medios interesante, que ha valido para conocer a alguna persona por el camino y animarnos a continuar con desarrollos de este estilo. Evidentemente, haber hecho la aplicación para iPhone no nos convierte en más inteligentes o hábiles (ni más cerebritos, je), pero sí es cierto que la atención recibida te hace valorar dos cosas: la importancia de ser el primero en hacer algo y la necesidad de ponerse a hacer algo, aunque lo veas sencillo. De pequeñas ideas salen cosas más grandes.

De momento GaliTempo no nos hace ricos, pero como se supone que dijo Picasso…

«Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando»

Hostión… y a seguir adelante

Escoge tu camino

Mucho ha cambiado mi vida desde que escribí el último post. Sólo unos días, pero sin duda es una etapa nueva de mi vida, con sus dudas e incertidumbres.

Determinados cambios que tenía como más o menos cercanos, pero que contaba con ir realizando poco a poco, a mi propio ritmo han llegado de golpe a mi vida. De golpe, te quedas con un montón de recuerdos, un hueco que no se puede rellenar y un camino por recorrer bastante diferente al que me planteaba hace sólo un mes.

Creo que no vale de nada lamentarse de lo que te pasa, llorar por lo que ya ha sucecido o elucubrar sobre lo que podría haber sido. Las cosas son como son, se dan en el orden en que toca y lo tomas o lo dejas, pero dejándolo lo más probable es que acabes sin rumbo. Los objetivos que tenía marcados siguen siendo válidos, sólo que ahora tengo que ir a por ellos sin red de seguridad y en un camino cuesta abajo cuanto yo esperaba que fuese llano. Tocará fijarse en los frenos que antes obviaba y adaptarse al nuevo panorama lo mejor posible.

Me gusta prevenir situaciones, hacer cábalas sobre los giros que pueden dar unas circunstancias, pero con lo que me encuentro ahora no entraba en mis planes. Como diría cualquier GPS, ahora estoy «Recalculando recorrido»…

Más verano

Van pasando los días, y con ellos se va acercando el fin de mi verano «oficial», que viene siendo cuando vuelva a tener la tediosa jornada de tarde en el trabajo.

Lo que más me gusta del verano es, sin duda, tener jornada continua. Los horarios de jornada partida hacen que tengas que salir entrada la tarde, con lo que supone prácticamente finiquitar el día en invierno, e inhabilitar la tarde para salir por ahí en «otoño-primavera». En cambio, con jornada continua me da tiempo a hacer muchas más cosas, y siento que el tiempo que paso en el trabajo me rinde más, haciendo más o menos el mismo trabajo en menos horas (echarse casi nueve horas en la oficina hace inevitable tener caídas en la atención…).

De hecho, si en algo envidio a los funcionarios es, desde luego, en las condiciones laborales que tienen: desde los horarios de mañana hasta la facilidad para usar los días libres de los que disponen. Tener las tardes libres me permite hacer un montón de cosas para las que en invierno apenas tengo tiempo, desde algunas tan triviales como dar un paseo mezclado con los peregrinos, echarme media hora de siesta o poder hacerme la comida que me apetezca, hasta actividades blogueras que me entretienen y llenan, como pueda ser dedicarme a ir a conciertos y luego contarlo en Pista Oculta, pegar alguna excursión o dedicar tiempo a proyectos varios que algún día puede que vean la vida.

Portada del disco Come On Pelegrín

Una de las actividades que la jornada continua me ha permitido desarrollar ha sido la de sacar, a través del blog Pista Oculta y otro par de colaboradores, un disco recopilatorio de los grupos de rock compostelanos. El disco, que hemos dado en llamar «Come on Pelegrín», tiene 24 canciones de grupos de Santiago de Compostela que han cedido sus canciones para estar en un disco que sirve para plasmar la cantidad y calidad de la música que se hace ahora mismo en la ciudad… y es lo más grande e interesante que he hecho a través de un blog. Para hacerlo hubo que coordinar a varios grupos, muchas llamadas, muchos mensajes, más emails, muchos envíos de ficheros por SendThisFile… con un resultado que creo que ha sido bastante interesante, y me ha dejado bastante contento con el recorrido del blog.

Cuando comenzamos Pista Oculta, el mayor recorrido que esperaba y que me podría llenar era el de entrar en conciertos gracias al blog… cosa que está conseguida, con acreditaciones para algunos de los conciertos que vamos contando en él. Sacar el disco fue más allá de cualquier cosa que hubiese esperado del blog inicialmente, y me ha sorprendido la buena acogida del disco, sobre todo en la prensa «tradicional» (La Voz, GaliciaHoxe, TVG, Radio Galega, Cadena Ser…), y también me ha sorprendido, pero negativamente, la falta de acogida por parte de «medios amigos» y que esperaba más abiertos a una iniciativa salida desde un blog. Lo esperaba totalmente al revés…

Santiago desde la Vespa

Otra cosa que me encanta poder hacer en verano es la de usar la Vespa los días de calor. Me gusta mucho moverme con ella para acercarme al centro de Santiago, que no me gusta nada recorrer en coche en «horas punta» (concepto relativizado por los días que tienen 12 horas punta…), por el tráfico horrible, y el nulo sitio para aparcar (últimamente, incluso en los párkings). Con ella el viaje se hace agradable, a velocidad de paseo (la que alcanza la moto) se tiene una brisa muy maja, se puede aparcar en cualquier hueco (intentando que no moleste), los atascos se agilizan y sirve para llevar a dos personas sin problema.

Y por lo demás, mi verano va trancurriendo con algún sobresalto, pero tranquilidad general, a la que ayuda mucho la posibilidad de complementar las 4-6 horas de sueño nocturno con una siesta revitalizadora. Algún viaje internacional (al país vecino, eso sí), con una primera visita al festival de Paredes de Coura, pequeñas dosis de playa (a ver si consigo que acabe por gustarme) y excursiones varias. Y a pesar de que el blog vaya más despacio, sigue vivo, pero gran parte de la actividad que antes tenía la he trasladado poco a poco a twitter, facebook o pistaoculta, donde también me podéis encontrar…

Playa

Panorámica del Río Sieira

Ahora que el verano al fin ha llegado a Galicia, con un calorazo que se suma a la humedad del ambiente y da como resultado un clima pegajoso y con tendencia a tenernos a todos sudorosos, y con él llega la ocasión de visitar las playas. Con ellas yo tengo sentimientos enfrentados…

Me explico: me gusta lo que representa, siendo un símbolo de calor, vacaciones, verano, actividades al aire libre, etc… pero la propia naturaleza de las playas incluye una serie de elementos que, aunque a la mayoría de la gente le gustan o le son indiferentes, a mi me resultan poco atractivos o molestos, según el día.

  • arena: no me gusta demasiado su tacto, resulta imposible de despegar y aún más imposible de alejar de la toalla de uno, por muy grande que sea. Por otra parte es enemiga de los «cacharritos», haciendo que llevar el móvil, según qué relojes o una cámara de fotos a la playa sea una tarea de máximo riesgo y fundas por doquier para evitar rayazos o que acaben dentro de por vida del gadget de turno. Y cuidado con pisar la arena que lleve un buen rato al sol que te tuestas el pie.
  • agua: el agua sí me encanta. Pero está el problema de que el agua de las playas gallegas está gélida (si acaso, algún día llega a fresca, a riesgo de coger una corriente helada…)… con lo cual resulta imposible mantenerse mucho tiempo en remojo sin correr riesgo de congelación en los miembros (en todos ellos).
  • sal: tras bañarse en agua de mar y el correspondiente secado, la sal se queda sobre tu piel. Sobre la de los demás me resulta graciosa, les deja la piel blanca y con un sabor a pipas gracioso, pero no me gusta el tacto de la piel contra la camiseta después.
  • sol: el sol sí me gusta, da calor, en general alegra el día y permite realizar actividades al aire libre. Pero en una playa (siempre que se vaya sin sombrilla) estás a la merced absoluta de un sol que cae a plomo sobre ti y acaba dando un calor brutal. Esto se solventa si corre una brisa de aire, eso sí (con el efecto secundario de joderte la lectura de revistas, o complicar su logística).
  • protección de la piel: tras un día de playa acabas con la piel seca hasta decir basta, siendo necesario untarse en cremas (loción pozolar o cremas hidratantes varias) para calmar su sed, y mientras estás en la playa es necesario reponer periódicamente la crema solar para evitar acabar quemado (otro efecto indeseado de la playa). Al menos, he recordado recientemente que las lociones solares en spray resultan incluso gustosas…

Le soleil

Dicho sea todo, las playas de Galicia tienen la pega de un agua helada, pero cuentan con la ventaja de la gran variedad que hay (que favorece encontrar playas poco masificadas o incluso casi vacías cualquier día de verano), y lo bonito de sus paisajes en general. También se pueden encontrar playas muy grandes y con espacios en las que se puede dar largos paseos o practicar deporte, tareas que ayudan a olvidarse de las molestias de la playa. Y para que una playa sea completa tiene que tener su bar o chiringuito en el que comprar un helado o un refresco, desde luego…

Por ello me gusta mucho el «viaje» hacia la playa, aunque la estancia en ella se me haga más o menos incómoda (según lo capaz que sea ese día de pasar por alto la poca gracia que me hace la arena, principalmente). Algunos días consigo olvidarme de lo que no acaba de gustarme y no ser el repugnante de la playa que se queja del calor, la arena y lo fría que está el agua, y lo cierto es que esos días disfruto mucho de la playa y la sensación de cansancio que te deja al final del día.

¡Y al fin acabé con la Vespa!

Ha pasado ya un buen tiempo desde que recibí la Vespa como regalo, y comencé el proyecto de ponerla a andar de nuevo. Primero tocó traerla desde Madrid, para lo cual encontré a una empresa de transportes especializada en envíos de motos por la península, saliéndome por unos 150€ el viaje desde Madrid.

Luego empezó la fase de restauración/reparación… Tras un primer intento en taller oficial que acabó con un presupuesto abultado (más de 2000€, decían) y un pequeño bajón en la esperanza en el proyecto, Ieeh me animó con unas cuantas webs de repuestos y fotos llenos de instrucciones para repararlas por uno mismo… Al final recurrí a un taller local de confianza (traduciendo, que no me iban a meter una clavada) y a comprar los repuestos por internet en Avespat, que me atendieron muy bien por teléfono y email.

Taller pequeño y precios poco abultados acabó equivaliendo a unos tiempos laxos, y como tampoco me urgía como medio de transporte la cosa se fue alargando. Una vez pasado el verano volvía a no tener prisa por montarla (en invierno no hay mucha ocasión de darse un paseo en Vespa tranquilamente en Santiago), así que volví a acelerar las cosas para tenerla este año… y lo logré! Tras ponerla a andar, la desmonté para llevarla a pintar entera de rojo, luego vuelta al taller para montaje y últimos detalles (claxon, foco, manetas, alfombrillas, cromados…) y a pasar la ITV.

Tras pasar la Inspección Técnica a la primera (le miran el nivel de humos, ruidos, frenos, suspensión… – similar al coche), tocó buscarme un seguro. De nuevo el primero no fue el mejor intento, con algunos seguros que me cobrarían hasta 400€ (casi lo que pago por el coche…), y tras varias comparativas de seguros online acabé dando con el Club Más, de Línea Directa. Su web no es lo más, pero me ofrecen seguro por menos de 170€ incluyendo asistencia en carretera, con lo cual he acabado con ellos.

Y resumiendo el proceso de reparación – pintura – montaje y puesta a punto – trámites, ahora ¡ya tengo Vespa lista para el verano!  (que algún día llegará al norte de España, espero…).

Close-up

Mod

Old school

Vespa!

Llegó el día… y Lost se acabó

Alerta: el post va sobre Lost, serie que ya ha acabado. Si no quieres saber nada sobre ella… no leas, claro.

Como medio mundo sabe, el lunes bien pronto por la mañana acabó Lost. Punto y final a seis temporadas, seis años en los que hemos ido viviendo la vida de varios personajes hasta sentirles tan cercanos como si fuesen amigos de toda la vida. Con nuestros favoritos y nuestros odiados, cada uno con su Candidato perfecto, su final a la medida, los misterios que quería ver resueltos sí o sí, las teorías que se han ido haciendo temporada tras temporada…

Y a lo largo de seis años la serie ha ido cambiando, mucho. Tocando distintos géneros, planteando dudas en cada capítulo, resolviendo alguna… y hubo momentos en los que me pareció una tomadura de pelo, una carrera por sumar incógnitas a una ecuación cada vez más complicada y con menos visos de resolverse. Pero decidí aguantar y comprar si valía la pena descargar religiosamente cada semana el capítulo de turno, ir lamentando los parones en la emisión y cagarme en la huelga de guionistas que nos dejó con mono de Lost.

Llegué al final como casi todos, con ganas de respuestas, de encajar las piezas del puzzle caótico que se habían ido dibujando en las primeras cinco temporadas. Pero tras unos capítulos tuve que resignarme, ceder ante la evidencia de que el desenlace no iba a ofrecer respuesta a todas las preguntas, sólo a algunas importantes para lo que de verdad es el centro de la serie: los personajes. Un viaje de seis años en que nos han presentado a unos personajes al completo, desde su infancia a lo que pasa más allá de su muerte, mientras nos distraían con osos polares, aviones, islas, accidentes, electromagnetismo, viajes en el tiempo…y no nos dábamos cuenta de que lo constante y protagonista eran los propios personajes.

Algunos prefirieron centrarse en obtener respuestas, en completar el mundo alrededor de los personajes y dar una explicación a todo lo que pasa alrededor de ellos. Pero yo he disfrutado esta etapa final muchísimo, emocionándome con el desenlace del viaje Jack, Desmond, Sawyer, Hurley, Faraday, Juliet y los demás. Es ya un tópico, pero lo que he disfrutado en Lost ha sido el viaje completo, con detalles que lo han hecho especial y adictivo (otros les llaman preguntas sin respuesta), y que ha cambiado cómo consumo contenidos.

Lost ha sido la serie que ha hecho que fuese descargando puntualmente cada capítulo, buscando los subtítulos (www.subtitulos.es difunde la palabra), y disfrutando en los foros, blogs y conversaciones de la serie casi tanto como viendo los capítulos (como lo bien que lo pasé leyendo los imprescindibles posts de pjorge sobre la sexta temporada). Incluso tomando un día libre en el trabajo para poder ver el capítulo final a gusto y en directo. Y me encanta que deje puertas abiertas que sigan permitiendo estas conversaciones y elucubraciones al margen, que permitan que se siga hablando de la serie.