Operación Pandemia

Me ha gustado bastante este documental («Operación Pandemia», de Julián Alterini) sobre los giros que han llevado a la campaña de desinformación y de miedo difundida gracias a los medios de comunicación «masivos». Da unos cuantos datos sobre una industria podrida, la farmaceútica, y cómo consiguen entrar en los Gobiernos para favorecer sus intereses, y presenta la información con infografías cuyo estilo me ha gustado bastante.

A pesar de que la información que aporta ahora ya es mucho más conocida (el vídeo es de julio), no está de más echarle un vistazo a lo que cuenta.

httpv://www.youtube.com/watch?v=gKwk8Kq8QXA

Por cierto, tal y como aclara el autor del vídeo, la referencia a la campaña de vacunación está equivocada, ya que quería hablar de la campaña de vacunación masiva de 1976 y sus consecuencias.

Lógicamente no digo que esta cepa de gripe no sea grave, ni que no sea muy contagiosa, pero sí es fácil apreciar interés por parte de los medios de comunicación en dejar clara lo peligrosa que es, mientras no se cumplen los vaticinios de catástrofe mundial de la OMS. Aún así, alguien sacará una buena tajada de unas previsiones que probablemente estén infladas o falseadas, y no está de más rascar un poco en la mierda que nos sueltan cada día como noticias…

Por qué se llama ingenieros a los examinadores de la DGT

Hoy teniendo una conversación con Hatrum por Gtalk surgió una curiosidad que no sabía, y es que a los examinadores de Tráfico (de la DGT, vamos), se les llama ingenieros. Ni a él ni a mi nos parecía lógica la denominación, ni porque se les requiera el título para acceder a su puesto (que va a ser que no), ni porque requieran tener conocimientos de alguna ingeniería. Además, estaba el tema de en qué serían ingenieros… porque la formación de un ingeniero químico, un industrial o un informático es bastante diferente… y ninguna tiene que ver con la conducción!

El paso por el diccionario tampoco justificaba el título que se les aplica…

ingeniero, ra.

(De ingenio, máquina o artificio).

1. m. y f. Persona que profesa la ingeniería o alguna de sus ramas.

MORF. U. t. la forma en m. para designar el f. Silvia es ingeniero.

2. m. ant. Hombre que discurre con ingenio las trazas y modos de conseguir o ejecutar algo.

~ técnico, ca.

1. m. y f. Persona que, con ciertos conocimientos facultativos, auxilia oficialmente a los ingenieros.


Pero la respuesta la encontramos en Internet, en la revista 4×4 digital en un artículo sobre el 50 aniversario de la DGT, en el apartado en que explican la evolución del permiso de conducir:

La competencia en materia de exámenes correspondió en sus inicios al Ministerio de Industria (de ahí, el título de Ingenieros que llevan los examinadores) hasta que en 1967 dicha competencia fue transferida a la DGT. El escaso nivel cultural de la sociedad española en aquellos años, hacía del examen teórico un obstáculo para muchos ciudadanos, por eso, durante un tiempo se mantuvieron las mismas pruebas que hacía Industria (arranque en rampa, aparcamiento y giro en una calle estrecha, todo ello realizado en una pista de examen, en un SEAT 600 y durante 20 minutos). La prueba de circulación comenzó a realizarse más tarde y solamente a aquellos aspirantes que no demostraran soltura en Pista.

Así que ahí os queda una curiosidad para cuando os examineis y penseis «Y a este cazurro que no sabe hacer la O con un canuto por qué le llaman ingeniero, si no sabe ni sumar…». Y como os toque el examinador cruzado, cosas peores que pensaréis… un día debería contar la historia de como me cargaron en el examen práctico inventándose normas de tráfico…

Anunxios que me hacen reir, con X de Mixta

No veo casi la televisión, y cuando está puesta suelo ignorarla por sistema, ya que por estadística lo más probable es que estén emitiendo anuncios cuando estoy delante. De todas formas, a pesar de la «inmunidad a la publicidad» que he desarrollado (algo similar a lo que pasa con el Adsense), hay unos anuncios que me hacen reir, y de lo surrealistas que son han hecho que me quede con el producto que anuncian y de otra forma no me hubiese fijado ni a la de tres: la Mixta de Mahou.

La agencia que ha creado estos anuncios (Publiciscomo averigüé aquí) apostó ya desde el año pasado por spots en tono muy humorístico, surrealista y absurdo, pero que de lo sencillamente ridículos que son consiguen que te fijes en ellos. Al menos conmigo, será que soy su target o algo, pero los anuncios de este año se merecerían un hueco en mi blog, en mis favoritos de YouTube o en alguno lugar incluso por separado xD.

Dicho esto, los spots de los gatos chinos jugando a piedra-papel-tijera o los pingüinos son obras maestras, que lo sepais.

httpv://www.youtube.com/watch?v=CrWzMr4XadE

Algunos dicen que son una mierda y estúpidos al recordar al humor de Muchachada Nui… a mi simplemente me hacen gracia, y los prefiero a los anuncios surrealistas pero con otro tono de perfumes, coches y demás productos que no sabes ni qué coño te venden, pero que emanan prepotencia y grandiosidad, cuando venden mierda igualmente, al fin y al cabo.

Edito rápidamente el post para añadir otro tronchante vídeo del cásting de gatos para el anuncio. Las voces de los gatos son tontas, sí, pero me tocan la fibra de la risa.

httpv://www.youtube.com/watch?v=Xr4sYPEef2k

Aparcando en Santiago: misión imposible

Entiendo que una ciudad moderna debe potenciar que los espacios públicos sean para ser usados por la gente, con aceras anchas, árboles plantados y cuidados, zonas accesibles para los peatones y reducir al máximo posible el tráfico rodado por el centro urbano, así como las demás cosas que se espera de una ciudad un poco puesta al día en urbanismo. De hecho, me gusta ese tipo de ciudad, es una buena idea para hacer las zonas céntricas menos agresivas y más acogedoras, que animen a dar un paseo por ellas…

El problema viene cuando desde un ayuntamiento se procede a renovar las calles, eliminando por sistema plazas de aparcamiento. A veces para hacer aceras anchas, otras veces no se sabe muy bien donde acaba el espacio desaparecido, que a veces acaba siendo igual de transitable que al principio, ya que acabará ocupado por terrazas (que no dejan de ser un espacio privado en donde alguien está haciendo negocio).

Y esta es la política del Concello de Santiago (y no es que sea una percepción mía, sino que con las últimas obras han eliminado unas 800 plazas de aparcamiento en superficie, y en próximas obras eliminarán otras tantas). Es totalmente razonable que se humanice el centro de la ciudad y se le de un aspecto renovado, pero hay un hecho que se debería tener en cuenta: la gente que tiene coches antes de una obra, los sigue teniendo al acabar la obra. Y, oh sorpresa, el coche lo tiene que aparcar en algún sitio, porque aún no caben debajo de las piedras.

Para la gente que vive en el centro de la ciudad, evidentemente el precio de los garajes privados se ha aumentado bastante. Y para los que no vivimos estrictamente en el centro la solución del Concello es muy clara, a pasar por caja y dejarlo en un aparcamiento. Y coño, no tendría problema en dejarlo aparcadito en un parking subterráneo al resguardo de la lluvia, de no ser porque la mayoría son antiguos, con plazas muy pequeñas en las que hasta se hace complicado dejar el coche, y son caros (hoy he tenido que hacer unos trámites, el cajero automático dictaminó que 20minutos equivalían a 0.75€). Al final acabo caminando por dejar el coche fuera de un aparcamiento, porque pasar 4horas en el centro varios días a la semana podría salirme ridículamente caro.

Otra solución sería un transporte público que funcionase razonablemente bien… pero vivo a 4 kilómetros del centro de la ciudad, pertenezco al Concello de Santiago y tengo un autobús por hora, cuyo servicio acaba a las 10 de la noche. Y no, tampoco es barato (aunque con un abono se abarata bastante el asunto, y descuentos para estudiantes y mayores, eso sí). Y tampoco me vale como excusa que vivo demasiado lejos del centro… porque supongo que la idea es que pueda acercarme lo más fácilmente posible a las zonas comerciales de la ciudad para estar en bares, pasar por alguna tienda y demás, no? (Supongo que esa sería la teoría, porque demasiadas veces me resulta más fácil comprar por internet que acercarme al centro a una tienda…).

No sé si es extremadamente rara mi idea, pero es tan simple como habilitar zonas en la periferia de la ciudad para apacar, gratis o a un bajo coste (hace algunos años había un aparcamiento municipal descubierto y no vigilado en el que se podía aparcar todo el día por alrededor de 1€). Luego, esos aparcamientos se conectan bien con el centro de la ciudad, pero incluso dado el tamaño de la ciudad sería bastante probable que se pudiesen ubicar en un sitio accesible caminando desde el centro…

Por cierto, que dado el clima de Santiago de Compostela y su orografía, el tema de acercarme en bicicleta al centro queda bastante reducido (cuestas rompepiernas por doquier se interponen en mi camino xD)… si alguien tiene una solución creativa, debajo tiene los comentarios (y sí, considero la reparación de mi Vespa como una más que posible solución a mi dilema).

Las farmacias ya no son lo que eran…

Las farmacias cada vez son menos un lugar donde comprar únicamente medicinas, y van incorporando a su catálogo todo tipo de productos como cremas, cosméticos varios, productos dietéticos, productos de ortopedia, ropa… pero esto ya es la culminación de sus aspiraciones: ¡la farmacia restaurante!

Farmacia  + Restaurante

En realidad tiene truco, claro. Al contarlo desvelaré el encanto de mi foto… pero allá va: antes ahí había una pequeña farmacia, pero se mudaron a un local más amplio y el restaurante que está pegado a ellos debió de comprarles el inmueble…

Carne para vegetarianos

Esto es un diálogo real sucedido en una parrillada de Santiago de Compostela (San Clodio), al acudir a una cena varias personas. Dado que en la carta sólo había carnes (muy buenas todas, eso sí), y en el grupo había un par de personas vegatarianas, se le pregunta a una camarera…

– Oye, mira… ¿Algo que no sea carne tenéis para cenar?

– Uhm… no sé… [tras pensárselo] ¡Sí, sí!. ¡Tenemos zorza y carne asada!

El extraño hombrecillo perdido

Ayer fue una noche larga, tras haber pasado la tarde, noche y madrugada en el Alter Coruña 08. Sobre todo, muy divertido, pero también muy cansado: la vuelta la hicimos en tren, llegando a Santiago a eso de las 7 y media (sin dormir, a lo sumo pegando unas cabezadas en el tren, claro).

Para poder presentaros al extraño hombrecillo, primero os pongo en situación. La última parte del viaje, de la estación de tren a casa, tocaba hacerla en coche. Hacía frío (alrededor de 2ºC), las carreteras estaban heladas en varios sitios, aún era de noche… vamos, que no era el momento idóneo para pegarse una sesión de paseos matutinos, en definitiva.

No es tan complejo...

Una vez conocidos los fríos antecedentes, entra en acción el extraño hombrecillo. En el coche ya sólo quedábamos el Panganexo y yo, con el prometedor panorama de llegar a casa y acabar en la cama hasta la hora de la merienda… cuando en medio de la carretera encontramos a un fulano parado, mirando la placa con el nombre de la calle. Estábamos a más de dos kilómetros del centro de Santiago, y el tío tenía un mapa en la mano como si se hubiese perdido. Pasamos por su lado, mirándole por si veíamos que necesitaba ayuda, el hombrecillo nos mira a nosotros, pasamos de largo… y decidimos dar la vuelta para preguntar a este personaje si necesitaba ayuda. O, al menos, saber qué coño hacía un domingo a las 8, con un abrigo, un mapa y una maleta en medio de la carretera helada.

Media vuelta, paramos a su lado. Un tío con gafas de pasta, pelo corto rubio, un mapa en la mano, evidente desorientación y poca prudencia. Le preguntamos si necesita ayuda… y dice que si «Virxe da Cerca» estaba muy lejos. Era evidente que estaba un pelín perdido, porque se había pasado el desvío hacía como tres kilómetros… Pero el crack siguió caminando y caminando, hasta que encontró una placa con nombre de calle. Calle que ni siquiera salía ya en su mapa turístico…

Por alguna razón, decidí no dejarle allí, y le ofrecí acercarle un poco en coche a su destino, oferta que aceptó sin dudarlo mucho (incluso demasiado poco, debe de ser porque Panganexo y yo parecemos más jóvenes de lo que somos, por el tema de la metrosexualidad). Luego nos explicó un poco de su historia, en la cual se intuía por una parte que no era capaz de interpretar un plano, y por otra, que no distinguía entre derecha e izquierda. Aún así, a las ocho de la mañana, su historia sonaba tan alucinante como la de un viajero del futuro…

 


Ver mapa más grande
El tío salió de A, quería ir a C, pero acabó en B

Probablemente, si no le hubiésemos interrumpido, este hombre hubiese acabado siendo una suerte de Forrest Gump español. Años más tarde se contaría la historia de aquel tío de Pamplona, que tras llegar a Santiago en tren desde Madrid en un viaje nocturno, comenzó a caminar buscando su hotel y, al no encontrarlo, ya no paró jamás.

Por eso, cuando le recogimos en coche y le acercamos a una calle que al menos saliese en su mapa, creo que en realidad no hicimos un favor a un turista con un sentido de la orientación inexistente, sino que lo que hicimos fue privar a la historia futura de una grandiosa historia.

Imagen | Ricardo de Zone41.net